domingo, 6 de enero de 2013

No apagues la luz

Solamente quería saber como estaba. Entré en su habitación y la vi allí, tumbada en la cama con todas las luces apagadas con la persiana bajada completamente. Me acerqué al lugar en el que se encontraba y me tumbé a su lado. Tenía los ojos fijo en el techo. No sabía que se pasaba por su cabeza en aquellos momentos. Lo que había sucedido escasos minutos antes había hecho que subiese corriendo hacia su habitación sin dejar que nadie pudiese explicarle nada. ¿Qué decía ahora? ¿Un qué tal? Sabía, en cuanto la vi subir las escaleras y cuando entré en la habitación, que no se encontraba bien, pues había apagado toda luz que le rodeaba. Todo lo veía de color de negro y no podía sacarle de allí por mucho que quisiera. Pues cuando se encerraba en sí misma podría pasar así días, semanas, meses... incluso años. Lo único que pude hacer en aquel momento fue abrazarla. No quería que se sintiese sola, y era lo menos que podía hacer. Pese a ser mi mejor amiga, también era mi mayor amor.


lunes, 26 de marzo de 2012

Descansa en paz pequeño

Saber que nunca más te volveré a escuchar, que no volveré a sonreír cuando te bañabas en tu cuenco rojo y lo salpicabas todo, que no te veré con el pico lleno de galleta, que no volverás a perseguirme, que no volverás a piarme o a llamar nuestra atención, se me hace realmente duro. Porque no lo demostraría tanto como yo quisiera, pero eras muy importante, me sacabas sonrisas cuando estaba realmente mal, eras la alegría de la casa, el que ponía un punto de gracia y el que nunca permitía que estuviésemos en silencio.

Todavía recuerdo el primer día en el que te vi, tan indefenso, sin plumas y con los ojos cerrados, como te dábamos de comer con una jeringuilla. En como te cambiábamos los paños fríos por los calientes para que estuvieses bien cómodo. En como, cuando creciste, querías salir de aquella caja de zapatos para explorar mundo y comenzar a volar. Creíamos que morirías en unos días, pero has estado con nosotros seis años, en los cuales has sido como uno más de la familia. Me reía cuando te veía con la crestita que se te hacía cuando bebías agua, o en el ruidito que hacías cuando pelabas el alpiste. En como venías enseguida volando a tu manta favorita o en como piabas cuando abríamos la puerta de la habitación de mi hermano o mía.

Han sido seis años contigo, y ahora se me hará difícil no volver a escucharte o verte asomado por la jaula. Te echo y te echaré tantísimo de menos pequeñín, mi Morgan. Ojala te hubiese dado más cariño. Espero que ahora estés mejor, y que hayas sido feliz en tu vida con nosotros. Te quiero pequeño gorrión. Descansa en paz amigo.

sábado, 10 de marzo de 2012

Soy así

No soy de ESAS hermosas chicas que tienen miles de "me gusta" en sus fotos de Facebook o Tuenti. No soy de esas que siempre están bien vestidas o bien peinadas. No siempre tengo un buen humor, a veces me puedo enfadar fácilmente. Me ilusiono rápido. A veces tengo problemas en expresar todo lo que siento. Es muy fácil hacerme daño, soy bastante sensible, odio que me mientan, y a veces soy muy celosa si me dan motivos. Soy de las que siempre están al lado de la personas a las que quiere. De las que saben escuchar. Soy de las que saben ayudar, de las que tienen un consejo para cualquier problema, pero que no es capaz de arreglar los suyos propios. Soy de ese tipo de persona que se esconde en un caparazón. Pero eso es lo que soy, y nadie me podrá cambiar.

lunes, 27 de febrero de 2012

La soledad

Siento un vació en mi interior, y no sé de que es, no sé si me faltas tú. Me decepciono a mi misma, porque sé que tengo que depender de alguien para seguir aquí viviendo. Si tu no estuvieras. Si tu no hubieras aparecido en mi vida, quizás ahora estaría muerta. ¿Por qué? Por que no me siento a gusto, lo único que hago es aparentar cosas que no son y no puedo seguir con la misma farsa. Estoy triste, desde hace años. No sé que es lo que me pasa. Tengo ganas de llorar. La gente que me rodea se creen que estoy bien, pero en el fondo mi corazón esta roto, en mil pedazos, no por amor, sino por todo el daño que me han hecho. No sé cuanto tiempo seguiré escondiéndolo.
Me decepciono cuando veo en los ojos de mis padres la decepción. No puedo seguir con este sufrimiento que me corroe por dentro, es muy intenso. No tengo a nadie que me apoye, no sé como podré vivir esto sola. Solo estamos tu y yo. No sabe nadie lo que siento en estos momentos. Nadie sabe la vida de mierda que estoy llevando. Dirán: "es muy  joven para llevar una vida así", pero, los estudios me agobian, hay personas que me hacen la vida imposible. No sé si podré seguir. No sé si aguantaré. 
Quiero coger mi orgullo y tragármelo, al igual, que estoy haciendo para tragarme las lágrimas que quieren salir de mis ojos. Si salen, no podrán parar. Será como un torrente en el que solo estaré yo y mi soledad. No tengo a nadie que pueda comprenderme. Solo tengo la soledad que me acompaña todos los días. Si supierais todo lo que he pasado a lo largo de mi vida corta vida. 
Tengo ganas de llorar. Es una cosa casi imposible. Tengo rabia en el corazón. Quiero sacar todo el valor que me queda y dejar este mundo injusto que me rodea, de una vez y por todas. Porque ¿para que seguir con este sufrimiento? Es una tontería. No merece la pena seguir con algo que acabo hace mucho tiempo. 
No quiero que me compadezcáis. Solo quiero expresar mis sentimientos. Quiero expresar mi tormento y mi dolor. Esto es con lo único que me desahoga. Todo no lo suelto. Siempre me tengo que guardar algo.Me siento inferior a los demás, no sé porqué. Doy asco. Estoy insatisfecha. No soy yo. No soy la misma chica de siempre. Algo cambia en mí, y no son los años. 
Son sentimientos que se acumulan en mi interior. ¿Cuáles?: Odio, hacia personas que me han hecho mucho daño y me han decepcionado. Amor, sentimiento del que me siento asqueada, esas mariposas en el estómago, ese corazón acelerado, esa mundo en el que te sumerges. Tristeza; ese es uno de los que no sé por que lo siento, no sé que es ese sentimiento en realidad, no sé si con él y este texto estoy expresando tristeza, pero, si es así, ya sé lo que es. La tristeza es sufrimiento. Lo único que haces es sufrir y sufrir porque sabes que algún día, todo lo bueno que te queda se esfumará, todo lo que amas se irá con el tiempo. Te quedaras soledad de la noche, recordando estas palabras y de haber aguantado todo durante muchos años.


PD: este texto lo escribí hace unos años, es algo radical y demasiado triste, pero en aquella época era así, triste y radical, pero no cometí ninguna locura.

Seré tu costurera

Hoy es uno de esos días en que no encuentro tu sonrisa. Debió de caerse por ahí, o quizá se fue porque creía que no la usabas tanto como está acostumbrada. ¿Sabes la historia de Peter Pan? Él también perdió su sombra, y la buscó por todas partes.
Y yo, como Wendy, he encontrado tu sonrisa y he aprendido a zurcirla, a fijarla a las comisuras para que no vuelva a extraviarse. También sé cómo remendar las heridas que hicieron que se despegara.
Porque todo el mundo no puede hacerlo. ¿Sabes? El hilo es muy difícil de conseguir. Es un hilo firme, pero que no tensa demasiado. No se rompe con facilidad, pero tiene un tacto suave y delicado. Es impermeable a las lágrimas y se refuerza cada vez que vuelves a usar tu sonrisa restaurada.
Y porque sirve para tantas cosas es tan complicado hacerlo. No sirve el mismo para todas las personas, pero contiene los mismos componentes. El hilo se consigue trenzando una hebra de cariño, una de ternura y en el centro, la más resistente de todas, la de amor incondicional. Y para usarlo, sólo lo puedes enhebrar en una aguja de la paciencia, forjada en un fuego de confianza alimentado de tiempo.
Quizá también necesite una bufanda ese corazón tuyo que últimamente tiembla demasiado.
Hoy seré tu costurera.

Cicatrices

Dicen que cada herida es una lección, y cada lección nos hace crecer. Dicen que cada cicatriz es única, y que no puede haber más que una por cada parte de nuestro cuerpo. También en el corazón, pues tenemos reservado espacio para una cicatriz por cada sentimiento. Una cicatriz para el amor, igual que una para la amistad, la esperanza, la fe, la confianza…
Y sí, cada herida duele, pero solo una vez. Después únicamente escuece. Por eso cada cicatriz es un recuerdo, un recuerdo que quizá nos entristezca día a día; pero en la práctica cada cicatriz es el símbolo de algo que hemos aprendido. El símbolo de que hemos crecido tras su dolor.
Desde el más pequeño de los rasguños, hasta aquél que creíamos sería un “mortífero” desamor. Pero, eh, aquí seguimos, con más o con menos cicatrices. Y ojalá que con más. Porque una cicatriz es incluso necesaria. Es hasta deseable, diría.
Deseables son las cicatrices, como lo es aprender. Nunca se puede aprender sin equivocarse, y nunca puede uno equivocarse y salir ileso. Así que no nos engañemos.
Lo que quizá hoy duele, mañana sólo escocerá, pero también nos protegerá. Así que, pese a todo, hoy, creo que todos deberíamos dar las gracias a todo aquél que alguna vez decidió hacernos daño. De todo corazón (o de entre todos sus pedazos…), gracias. Hoy somos un poco más fuertes.